Mediodía. Tomé el colectivo mitad vacío, iba muy muy despacio, tanta tranquilidad me exaspera, ya salí tarde de casa y el chofer no tiene ningún apuro en llegar a la estación. Hay solcito, me saco el sweater lo voy a tener que cargar en la mano el resto del día.

El tren tarda en llegar, subo, sorpresivamente hay lugares de sobra y puedo elegir donde sentarme. Me siento y empieza una batalla en mi conciencia Pepe Grillo me dice que debo leer el módulo de Comunicación y Educación y el Diablillo me dice que me ponga el Mp3 y me duerma una siestita. Por supuesto elijo la segunda opción aunque después me da mucha culpa.

En el vagón no hay hombres de camisa y corbata, ni mujeres con pantalón de vestir y zapatos, todos visten casual, hay muchos nenes que piden todo lo que los vendedores ambulantes ofrecen sin discriminar, CDs de reggaeton, tobilleras, linternas, encendedores, medias, películas, bandejas de alfajorcitos, pepas y riquísimas palmeritas del centro de rehabilitación Un encuentro con Dios (si viajan en el Urquiza los tienen que conocer) y para terminar con el desfile un hombre con acento centroamericano interpreta un tema de Diego Torres enganchado a uno de Arjona, canta y toca la guitarra muy bien lástima las canciones que eligió. Igual le doy monedas, por el coraje que tiene de hacer algo que yo no me animo.

En el subte también encuentro lugar rápido, me bajo en Angel Gallardo, las mesas en las veredas de los bares y restaurantes repletas de gente almorzando al sol. Camino unas cuadras siempre mirando el suelo para evitar soretes de perro la zona que rodea el Parque Centenario está minada.

Entro a la facu, los pasillos vacíos, el kiosco, la fotocopiadora, el bar, la oficina de alumnos, todo cerrado. No hay jóvenes en los pasillos repartiendo panfletos, nadie me empuja con la mochila al pasar. Solo esta la gente del centro de estudiantes pintando carteles en el suelo.
¿Qué onda con este lugar que siempre es un hormiguero y ahora está desierto? ¿Volvió la porcina y no me enteré?

Ahh... no, no, no.. Se me olvidó otra veeeeeeeeeeez: que curso los Sábados. De 13 a 17 hs. Negación, le dicen.
¿Qué hago? ¿Dejo la carrera? ¿Aguanto? ¿Me alcoholizo antes de venir? ¿Me hago repostera y estudio de lunes a viernes como la gente normal?

El vaso medio vacío: Los futuros comunicólogos no tienen derecho a dormir una siestita o tomar algo al sol el Sábado a la tarde.
El vaso medio lleno: Peor era trabajar en el shopping los sábados hasta las 22.45 hs.