Sigo bipolar. Momentos del día soy peor que La peleadora y por momentos me asalta el optimismo, pero después se va.
El primer fin de semana de vuelta a la soltería no fue la gran cosa, hice un parcial domiciliario, me fui a dormir temprano, varias gotitas saladas.
El segundo fin de semana llegó con mas optimismo, mi hermana me regaló la entrada para el show de ¨Los charros y Grupo Aventura¨ en un club de rugby de la zona. Lo justo y necesario para estas épocas bajoneras: cumbia y muchachos grandotes dispuestos a dar algo de cariño y nada de platica. Mientras hacíamos la previa, mi hermana se arreglaba, yo comía tostados y miraba Sex & The city. Se largó el diluvio universal, la fiesta y mis posibilidades de diversión y/o levante del sexo opuesto quedaron suspendidas.

Pienso que a mí me va como el culo, como recompensa del destino tengo derecho a dejar de ser agradable con la gente. Siempre fui muy educada y amable con los extraños pero ahora no tengo ganas.

El sábado a la mañana llamó una señora preguntando por Francisco, el dueño anterior de mí línea telefónica.

Señora:
Hola, ¿Está Francisco?
Margarita:
Acá no vive ningún Francisco.
Señora: Vos no lo conoces a Francisco?
M: No, él tenía esta línea antes, pero ahora ya no.
S:
¿Y vos no conoces al hijo de Francisco?
M:
NO!
S: Porque Francisco es un mecánico de máquinas industriales.
M:
Si, pero acá no vive y no lo conozco! Chau!
S: Bueno, Chau.

Cinco minutos más tarde, riiiiiiinng, bajo corriendo de mi pieza.
M:
Hola
S:
Hola, ¿Puedo hablar con Francisco?
M:
¡Señora acá no vive ningún Francisco,ya le dije!!!
Y le corté.

El martes después de ir a la facu prácticamente sin dormir, correr el tren, perder el subte, recorrer cibers en busca de alguno que le funcione la impresora para imprimir el parcial domiciliario y entregarlo 18:03hs cuando el plazo era hasta las 18hs. Con Adela fuimos a relajarnos al bar tranquilidad de haber terminado la tarea, pedimos dos porciones de pasta frola de membrillo y dos vasos de Sevenat, cuando nos disponemos a hincarle el diente a dicho manjar se acerca nuestra mesa un sujeto de corta estatura...

Sujeto:
Hola chicas, les dejo unos volantes de la obra de teatro que estamos haciendo. Y les explico un poco de qué se trata.
Margarita: No hace falta, en el folleto se entiende.
S:
A ver, explícamelo entonces...
M:
Es teatro ciego, con las luces apagadas y ustedes hacen improvisación de radioteatros.
S:
Que bueno, quería escucharlo de vos. Y tengo una super promo, super amistosa me tienen que dar sus e-mails, y las anotamos para que vengan dos por uno.
M:
Gracias, pero acá tengo tu blog, entro ahí y listo.
S:
Libera tu e-mail, te vas a sentir más liviana! Además la promo es solo por e-mail
M:
No te conozco no te voy a dar mi mail, (para que me llene de spam de sus obras de teatros).
Adela sintió vergüenza de mi antipatía, y le dio su e-mail. Luego el sujeto se retiro.

No tengo ganas de ser amable. Por otro lado me digo Margarita tolerancia, simpatía sino nunca más vas a conocer a nadie. Igual, no tengo ganas.