Porque no sólo nos gusta la cumbia santafesina, el pasado jueves fuimos con Marta a ver a Tonolec. Una fusión de música electrónica, folklore y música indígena toba.

Reservamos entradas y nos encontramos con que las mesas eran compartidas.

Ante la incertidumbre de no saber con quien compartiríamos la mesa comenzamos a esbozar estadísticas (además desde que trabajo con economistas cuantifico todo).

Y estos fueron los resultados de nuestro estudio probabilístico:

Hay un 33% de posibilidades que nos sienten con pibes, 33% minas, 33 % una pareja y 1% de que nos acomoden con un viejo.

Del 33% de pibes, el 99% pueden ser feos/petizos, el 0,5% gay, y el 0,5% restante, lindo, pero con un raye.
Del 33% de minas, qué me importa, son minas.
Del 33% de parejas, el 50 % puede ser una pareja donde el pibe está bárbaro pero te incomoda mirarlo porque está la novia presente o en su defecto existe la posibilidad de pasarle mi número de teléfono a ambos y un mensajito que diga soy swinger pero en este momento no tengo pareja. 35% unos ortibas que no nos hablen, 15% pareja gay (ya nos pasó con unas tortonas en el norte).

Ahora de todas las probabilidades nos tocó la más improbable. El 1% que casi no consideramos: Un viejo, 68 años, con sus amigos también mayores.

Menos mal que me dedico a otra cosa.