Hace unos siete años, con mis amigas nos dispusimos a hacer empanadas y pastelitos para juntar plata para pagar el viaje de egresados. Las empanadas fueron un boom, y los pastelitos vendíamos seis, y seis nos comíamos nosotras (le decíamos a la gente que quería comprarlos que estaban reservados) por ende la ganancia fue menor. Hoy a punto de quedarme sin trabajo y con muchas ganas de realizar un viaje de egresada, pero de la facultad, salió el microemprendimiento del pan relleno.
Junto a Marta amasamos, rellenamos, horneamos toda la tarde, los panes salieron exquisitos, casi un milagro teniendo en cuenta que nuestra especialidad en la cocina se reduce a la elaboración de panchos. El único detalle fue que nos olvidamos de hacer distintas formas a los diferentes sabores y después no sabíamos cuál era cuál.
- Che te pedí de jamón y queso y me diste de cebolla - dijo una de nuestras primeras clientas.
Mi papá se emocionó tanto al verme realizar una acción culinaria por segunda vez en la vida (la primera me ofrecí a hacer la torta para el cumpleaños de mi hermana y se me quemó) vino con su celular/cámara/reproductor de mp3 (que aún no sabe usar bien) y me sacó una foto. Hay que tener en cuenta que mi papá sólo saca fotos en cumpleaños, egresos y en sacramentos católicos.
Al grito de pan rellenoooo calentitooooo, en un santiamén vendimos todo. Nos fue dificultoso el sistema de cobro y entrega, una cobra, la otra entrega el pan. No quedaron bien definidos los roles, estos fueron cambiando sin cesar demorando el delivery, denotando nuestra falta de experiencia en el asunto pero la gente supo comprender.
Es necesario aclarar que en provincia los panes rellenos no gozan de la popularidad que tienen en Capital Federal, por lo que fue necesario explicar en qué consistían los panes, qué tenían adentro y mostrarlos antes de realizar la venta. Ejemplifico con el siguiente diálogo con un cliente:
-Hola, ¿Quiere pan relleno?
-¿Qué?
-Pan relleno
-¿De qué?
-De caprese, de cebolla o de jamón y queso. Vale cinco pesos.
-¿Qué?
- Esto es un pan con relleno adentro, mire.
- ¿De qué?
-De caprese, de cebolla o de jamón y queso.
-¿Qué?
-…mmjjmm..- (miro para otro lado conteniendo la risa).
- Ah, no, no quiero…
Primer fin de semana: un éxito de ventas.
Segundo fin de semana: las panaderas salieron, peña, vino, empanadas, baile. Se despertaron al otro día a las cuatro de la tarde. Demasiado tarde para comenzar a cocinar.
Próxima inversión para la pyme: un despertador.
7 cOmEnTeNmEn:
Jajajaja, grossas, yo quiero !!!!!!
Haceme uno de cantimpalo, como en la primera epoca de La Barbarie.
noo chicas no me aflojen! jaja q loca, me acuerdo de los pastelitos, que ricos! beso
che yo tmb quiero de cantimpalo!!! solia comprar en una panaderia muy copada donde esos eran los primeros que se iban. podrian hacer de cantimpalo tmb, que se yo, es una sugenrencia... besotes
Voy a tener en cuenta sus sugerencias... hay que averiguar el costo del cantimpalo.
Estábamos pensando ponerle un nombre a los panes: "El hambre y las ganas de comer", "Cuando hay hambre no hay pan duro" o "Contigo pan y cebolla". Cuál les gusta mas?
Con una amiga hicimos pastafloras y una especie de galletitas :-) vendimos todo jajaja pero fue para una causa menos ajaja .p un beso enorme y muy buen blog.
Cuando hay hambre no hay pan duro
ese es el mejor nombre u.u encima me lo dicen siempre jajaaja genial
a mi me gusta más "el hambre y las ganas de comer", nos define. estoy averiguando precios de despertadores, q no nos pase lo mismo este finde.
beso
Reservame algun pan con queso y cebolla! Para cuando esten mas cancheras pueden hacer con espinaca y calabaza...esos la rompennnn!
Beso!
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