“Hola! Te estábamos esperando!”

“¿Qué querés tomar? ¿Un cafecito?”

“¿Quién te dijo que acá no hay alcantarillas? ¿El de acá al lado? Es un pelotudo ese…”

“No es con vos nena que estoy molesta, es con el de acá al lado, ya va a ver ese…” (Refiriéndose al mismo vecino)

“Tengo cadena en el baño, si, pero no anda ¿Querés pasar a ver?”

“Che! Viejo! ¿Vos sabés leer y escribir?”

“¿Viste? Ya le robaron a una censista”

“¿Al perrito también lo censás?”

“En la tele dijeron que no te tengo que dar mi nombre”

“¿Quién pasó la noche acá? Yo, sola. Justo ayer justo me separé. ¿Sabés con quién me metió los cuernos el muy hijo de puta? ¡Con la prima! ¿Podés creer?”

“¿No te abrieron los de al lado? Se hacen los boludos, pero están, vení, vení, que les golpeo la puerta yo.”

“Ya le robaron a cuatro censistas. Tené cuidado.”

“Y acá vivimos nosotros tres y un pececito también”

“Yo no trabajo porque tengo este problema en la pierna, hace ya un año y me tengo que poner esta crema, mirá (señora que me muestra el envase mientras se pone crema) además del medicamento que estoy tomando por la espalda, viste, me encontraron artritis y por eso no puedo caminar bien…”

“¡A mi no me van a censar, porque les suelto los perros!” (El señor cría dogos)

“Shhh, hablá bajito que el bebé está durmiendo”

“¿No me vas a dejar una calcamonia?”

“Fijáte que a los vecinos no les anda el timbre pero son maestros, seguro ya se censaron”

“No te hago pasar porque mi marido está en paños menores”

“¿Te falta mucho?”

“Disculpá que te atienda así (señor con los ojos pegados con remera de dormir, short y aliento a caballo), pasa que anoche nos acostamos como a las tres de la mañana”

“¿Y cuánto te van a pagar por esto? Yo una vez me anoté para presidente de mesa, nada me pagaron.”

“¿Vos sos la censista? ¿A mi casa cuándo venís?”

Lamentablemente en la manzana que me asignaron no había población masculina de 20 a 30 años respondiendo al censo o se encontraban durmiendo o no se. No pude realizar el cuestionario anexo, a las cincuenta hojas impresas ahora les doy un uso papelhigienista. De todos modos reconozco la calidez con la que fui recibida en casi todas las casas, excepto una. No me tiraron los perros pero, agradezco que no me soltaron los dogos.