M A R G A R I T A

un mundo de sensaciones

Diario de viaje (parte I)



2 de Enero:

20hs Sale el micro desde Morón.

Para en todos los pueblos, no nos ofrecen nada para comer, ni un caramelito. Tata de Flechabus: caro y malísimo. Lo único copado fue el chofer que me pidió el charango y se puso a tocar.

3 de Enero:

20hs: llegamos a San Salvador de Jujuy

22.30hs: llegamos a Purmamarca

Hostel ¨Lo de Hugo¨ y la eslovena (que se enamoró y se quedó con Hugo, quien no sabemos si existe porque durante nuestra estadía no lo vimos), tres rosarinos que venían en el mismo micro nos acompañan.

Peña ¨Lo de Heriberto¨ con banda folklore de enchufado.

Dormimos todos en el piso del living. Rosarino parecido a Enrique Iglesias advierte: guarda que yo abrazo a la noche.

Mariela: le caen mal las empanaditas fritas. Inauguración del botiquín.

4 de Enero:

Mirador

Guitarreada en la plaza, nos sacan del cantero, no se puede pisar el césped.

Paseo Los Colorados, caminata 1hora.

Peña ¨Entre Amigos¨. Grupo ¨La sencillita¨ (oriundos de José C. Paz), Margarita le enseña a bailar chacarera a Nelson.

5 de Enero:

Salinas Grandes. Con Joaquín (guía purmamarqueño) y Elián (cordobés solitario sin la gracia natural que tienen los cordobeses que tanto nos gustan).

Tilcara: a lo de Naty, compartimos hospedaje con cordobesas (Yesi, Gabi) y con chicas tandilenses.

Guitarreada en La Plaza con santiagueños que tenían mucho ferné y 5kg de coca.

Peña de Carlitos: conocemos un grupo interprovincial, jujeños, porteño, cordobés.

El rincón del colla: bolichón, cachengue el patovica medía 1.50 mts. Acompañadas de grupo interprovincial y rosarinos.

Mariela: gana cordobés.

Margarita (vestida de jogging y zapatillas): genera pelea entre rosarino-jujeño.

Solange: se fue a dormir. Nylon, un compañero de la radio que encontré allá, muy caballero la escolta hasta la casa.

6 de Enero:

Garganta del diablo con amigas cordobesas. Nos agarra la lluvia en la cima.

Nos cobijamos en un refugio, con muchas otras personas. Hacemos un show de percusión con cañas y palos en el lugar. La gente se copa, aplaude, baila, saca fotos.

Aprovechando la fama: nos ofrecen bajar en auto. Genial.

Pucará: Sol, Marie y Jesica.

Margarita: se queda lavando ropa. Al pucará ya fue en el 2008. Llueve, se moja la ropa.

Día de reyes: Pesebres en la plaza.

Museo de arte con rosarinos. Comemos tortillas gigantes.

Guitarreada en la cocina de Naty con cordobesas, rosarinos, tandilensas. Hit: El Talismán.

Cena: Peña Altitud, tamales re picantes, echan puta, no los podemos comer. Una pena. La primera vez que dejamos comida en el plato.

Postre: Alikales.
Bailamos saya con una señora borrachina.

Volvemos al Rincón del Colla: 2do round Rosario-Jujuy. Gana Jujuy. Mucha cumbia vieja, papel picado, la gente descontrolada.

A las 4.00 am cae la policía y se termina la joda en todos lados.

A contemplar el rio en parejas, Mariela-Cordobés, Marga-Jujeño. Crece el rio, no tenemos que ir antes de que se inunde el auto. Se cortó el mambo; pedimos que nos dejen en la casa.

7 de Enero:

A comprar a la feria de la plaza, antes de partir a otro pueblo. Compradoras compulsivas de artesanías y regionales.

Jujeño me lleva a la terminal, con nuestras diez mochilas más los instrumentos. Nos despedimos, sabiendo que quizá no nos volvamos a ver. Pero quién te quita lo bailado en el Rincón del Colla.

Nos encontramos con un muchacho idéntico a Harry Potter.

Llegamos a Humahuaca.

Camping : Bella Vista. Mucho calor.

Vecino de carpa: Santiago, loco, limado, famoso por vomitar después de comer huevos crudos. Nos lee poemas mientras armamos la carpa.

A la plaza a comer empanadas. Charanguero viejo nos deslumbra con su talento.

Nosotras (especulando con los precios bajos del norte): ¿Es verdad que acá se consiguen charangos por $100?

Charanguero: Si, de adorno, para colgar en la pared. Yo los tengo desde $1000 a $4000.

Nosotras: Bueno, gracias, chau!

Monumento al indio. Facturas gigantes. Niños copleros. Gran oferta de peñas para la noche. Iglesia.

Mariela se queda en misa. Marga y Sol vuelven al camping a tomar mates.

Guitarreada con cajón peruano y vecinos David, Fernando y un morocho (que le gustaba a Mariela pero dudaba de su sexualidad porque según ella era muy lindo para no haber tenido novia jamás).

Cena en Aromi, con vecinas del Oeste. Delicioso, baratísimo. Reventamos mientras pasan un DVD de música de los 90 (Britney, Spice Girls, Backstreet Boys, Five, etc).

Peña de Ahicito. Banda en vivo, baile con David, Fernando y El morocho. Apareció el cordobés en busca de Mariela. Los rosarinos se aburren y se van. Agotamos a Fernando pidiéndole que nos enseñe bailes autóctonos.

continuará...



El centro comercial


El lugar emblemático de los noventa.

Donde la idea imperante es que los ciudadanos sólo importan en tanto consumidores.

Su estructura disciplina a las personas para que no se retiren antes de pasar por todos los locales.

No hay relojes, el tiempo no parece pasar así seguimos gastando.

Explota a los trabajadores, sin importar que sea feriado, domingo hasta altas horas de la madrugada.

Todo cuesta más de lo que vale.

Pero esto rebalsó mi vaso:

¨ El amor entra por los ojos. Feliz día de los enamorados.¨

Plaza Oeste Shopping.


Lamento informarle a los feos y los que no usan ropa de marca adquirida en el shopping nunca los van a querer.

Estoy en problemas: toda mi ropa es de Once.


He vuelto


Purmamarca, Tilcara, Humahuaca, Iruya, Salta, Cachi, Cafayate, San Miguel de Tucumán, Buenos Aires, Bariloche, Villa La Angostura, El Bolsón, Neuquén y de vuelta a Buenos Aires en un mes. No recuerdo haber viajado tanto en mi vida y lo mejor fue compartir el viaje con mis amigos, con mi familia y con todas las personas que fuimos conociendo en el camino. Si tuviera que definir estas vacaciones en una palabra sería: increíbles, tanto que no encuentro manera de volver a la rutina. Qué sentido tiene estar sentada preparando un final cuando se ha vivido en carne propia que el cielo está en Cafayate, que en San Carlos hay festivales donde abunda el folklore, el vino, las empanadas de carne, humitas, tamales, gauchos con sombrero que levantan polvareda al zapatear. Disneylandia, un poroto.


Un lugar mágico en el que se escucha por todos lados ¨ Gracias a Dios soy soltera ¨ o ¨ Soy soltero y hago lo que quiero ¨. Donde se descubre el verdadero sentido de la soltería y su celebración; donde hay muchachos en cada esquina / peña/ hostel de habitación compartida/ camping/ ansiosos por preguntarte de dónde sos, invitarte un vinito, unos matecitos en la plaza o proponerte cocinar juntos un paquete de arroz o de fideos (además del paté de foie son los únicos alimentos que conocen los mochileros).

Pinta el baile y la guitarreada en cualquier lugar, basta con que suenen dos acordes de una chacarera para tener gente a tu lado acompañando con palmas, bombo o cajón peruano; además podés encontrar a Ricky Maravilla en donde menos lo esperes.

Las familias te abren las puertas de sus casas con una alegría y humildad envidiables, comparten el baño, la cocina, la cena, charlas, experiencias y música.


No sé en que aventura me voy a explayar, si la vez un humahuaqueño me llevó a recorrer la quebrada, de los mates con muña muña que convidamos por ahí, de los gendarmes que nos revisaron enteras por tener pinta de hippies sumado a la tenencia de yuyos para el mate, de la vez que subí al show de una peña, del día en que fui a bailar en jogging y dos jóvenes se pelearon por mi, del loco que nos leía poemas mientras nosotras armábamos la carpa, de la cantidad de Alikal que consumimos, del chaqueño que imitaba a Fito Paez, del viaje de 27 horas en tren con invasión de bichos, de la vez que pensamos que perdimos el micro, del profesor de folklore que agoté pidiendo que me enseñe a bailar zamba, cueca y bailecito, del asado que nos invitó una tucumana…

Pero ahora me tengo que ir a dormir porque a pesar de mí, he vuelto a la rutina.





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