Todos los días almuerzo y ceno con la familia. El Miki me apostó que me voy a ir con siete kilos de más. Yo lo niego porque aunque vaya y vuelva al pueblo una vez al día, la caminata es mucho más que el ejercicio físico que hago en Buenos Aires.

Con los nenes estoy aprendiendo mucho, Adriel me hizo ver Volver al Futuro en Francés y pone pausa todo el tiempo para traducirme lo que no entiendo. Romana me ayuda con el francés y me enseña a cocinar, las tortas deliciosas que venden en el restaurante las hace ella. Tao me pregunta cosas y espera las respuestas en francés. También me pide todo el tiempo que cante una canción de los Wachiturros. El viernes me llevaron a un cine-debate, vimos “La lengua de las mariposas” una película española.


Estoy intentando no socializar mucho porque vine a estudiar (me lo repito todo el tiempo) pero se hace difícil; después de comer el Chucho un trabajador del camping tocan folklore y me invitó a juntarme a hacer un poco de música. Más tarde fui al pueblo encontré una heladería con Wi Fi para trabajar, cuando la vi pasar a Diana (una compañera del retiro de canto) con sus tres hijas me invitó a tomar mates, a ir al coro municipal y a clases de folklore. En el camino pasé a saludar a la farmacéutica que conocí en el micro cuando vine a pasar el fin de semana largo, se alegró de verme y me dijo que pase cuando quiera. Analizando las invitaciones de vuelta a la casa también fui a conocer la Biblioteca Municipal que está libre todas las mañanas para ir a leer.


Dato curioso: Desde mi casita se escuchan burros copulando a toda hora.


El miércoles tres jóvenes franceses que llegaron al camping “Fijate si te gusta alguno, acá te preparé un casting” me dijo Miki, no eran feos los chicos pero hacía rato que no pasaban por la ducha. Se van a quedar a trabajar, van a hacer una huerta orgánica. Y mi tarea será hacer el almuerzo para todos, unas doce personas, en la cocina del restaurante (así que si quieren pasarme recetas rápidas y fáciles para muchos comensales) por suerte salió bien la comida y recibí muchos elogios. Después de comer tocamos algunas zambas y chacareras con el Chucho. Ya se volvió costumbre de la sobremesa.

En la cena todos hablan en francés, entiendo palabras sueltas y el tema del que hablan, a veces no entiendo nada y menos puedo opinar. Supongo que en unas semanas voy a poder.


El viernes me enfermé, gripe, algo de fiebre, dolor de cabeza, garganta, de todo el cuerpo. Así que el fin de semana sólo dormí. Los dos días enteros, el domingo me levanté para almorzar y cenar. Dicen que acá las gotitas de Equinacea, la miel lugareña y el arrope de chañar hacen milagros. Probaremos.