M A R G A R I T A

un mundo de sensaciones

Despedida de soltera

Domingo 16 de Mayo

4.30 am.

Bar popular

Hurlingham


Margarita:- Escuchame querido, todos los fines de semana venimos acá, hoy que tenemos una despedida de soltera no nos dejás pasar…

Patovica:- No podemos dejar pasar a nadie porque está por venir gente de la municipalidad.

Margarita:- ¿Cómo que no? Están pasando todos menos nosotras. Decime qué te molesta que yo tenga estas antenas puestas o que tengamos globos colgando, o las guirnaldas.

Patovica: - ¿Vos querés discutir o querés entrar a divertirte?

Margarita:- Nos vamos a la mierda! ¿No chicas?

Chicas: Si, vámonos al carajo!

Marta:- Antes de irme, te quiero dejar algo que seguro te va a venir bien- Dejando en las manos del patova una maraca con forma peneana. Este se mordió el labio inferior como signo de qué hambre.

Chicas: ¡Jajajjajajjaja!


8 Horas antes

Sabado 15 de Mayo

20.00hs

Casa de Mónica

Decoramos el living, reggaeton, globos, picada, pulseritas, vinchas de antenitas para todas y todo el cotillón fálico que pudimos comprar, vasitos, maracas, velas, etc. Junto con una picada y una torta. Todo para festejar la despedida de soltera de Valita, a quien vestimos de caperucita roja, con un disfraz de excelente calidad comprado en Once.


21.00hs

Salimos en dos remises, para que ninguna tenga que manejar y podamos beber a gusto toda la noche. Un chofer se copó, puso cachengue bien fuerte mientras las chicas sacudían sus maracas por la ventana y movían las antenas. El otro chofer siguió escuchando La Mega a un volumen moderado: acá no se jode.


21.15hs

Llegamos a Vinicius. Ni el loro.

Marta: - ¡¡¡¿ Para qué me dicen que tengo que estar a las 9 de la noche por qué sino no hay lugar??!!!- Decía mientras tocaba timbre. Obviamente nadie abrió.


21.30hs

La previa, en un kiosco con mesitas en la calle (Av. Rivadavia).

Shots de tekilas.

Conocemos a un profesor de Salsa. Clase de salsa en plena calle. Se une al baile un muchacho al que apodamos Gonzalo Heredia por su gran parecido al actor. Bailo con él, tienen menos ritmo que Alcides. Los transeúntes miran con risa y estupor, entre ellos un señor idéntico a Capussotto.


22.00 hs

Una vez en la cola para ingresar al boliche, Valita tira su maraca de pito, como si fuera el ramo de flores. Se saca foto con la chica que lo agarró. Y le dice ¨Hoy, te va a tocar el mejor stripper¨.

Ingresamos al boliche. Comemos pizza libre. Salieron los muchachos. Show, show, show queremos show. La suben a Valita arriba al escenario. No nos dejan sacar fotos. Pasan los strippers por arriba de la mesa. Por las demás mesas, por la nuestra no pasan. ¿Tendrán miedo? Gritos. Risas. Carcajadas. Asombro. Suena Luis Miguel, Ricardo Montaner. Las chicas cantan moviendo los brazos de izquierda a derecha. Goce de todas las presentes en la grasada que estamos haciendo.

Termina el show, comienza el baile.

Valeria debe cumplir un cierto número de prendas. Entre ellas tiene que invitar a distintos hombres que coman de su collar de gomitas ¨sweet candy¨, sin usar las manos por supuesto. Decir piropos, lavar vidrios de autos con su disfraz, etc.

Cuando nos cansamos de bailar dijimos…

- ¿ Y si vamos para Hurlingham?

- Dale!



Después de una semana de estudio, comiendo una docena de facturas por día con mi compañera Cristina. Era obvio que esta semana iba a tener que bajar un cambio esta semana.

Forzada a obtener resultados rápidos, en siete días se casa Valita. El vestido que tengo me tiene que quedar bien, ya me cansé de ir fajada y de negro a las fiestas, las medias reductoras altas, te aplastan la panza, un poco el culo, pero apenas como un fosforito empiezo a transpirar y se me dificulta la respiración. No da.

Para evitar las pantys, comencé el régimen esta semana, llena de privaciones.
El lunes salí a cenar: solo 1 tostado, el martes rechacé una pasta frola que me regalaron, el miércoles fui a almorzar con mi tío y mi primo, mientras ellos comían una milanesa con puré del tamaño de un gato adulto, yo pedí una porción de tarta de verdura: era tan chiquita que me la trajeron en un plato de postre.

¿Algún consejo para hacer de esto algo más llevadero? ¿Me compro el reduce fat-fast? ¿Qué diría Andrea Politti?

De Feria


Me siento igual que un púber, torpe para actuar en el mundo, porque no ha llegado desarrollar un esquema corporal acorde a los cambios en su cuerpo, rompe, tira, se cae. ¡Ay nena ya me rompiste la docena de vasos nuevos! ¿Qué tenés en las manos? A los doce años no paraba de volcar vasos, romper cosas, caerme y golpearme. La torpeza no se me ha ido, sólo ha disminuido a un grado aceptable con el que puedo convivir. Pero con los años tengo nuevos inconvenientes, esta vez para manejar el nuevo esquema de mi sueldo, evitar emocionarme con las compras y llegar a fin de mes. Me di cuenta que soy bastante compulsiva, sólo que antes no había tenido la oportunidad.


Cobré y fui al lugar más tentador para una pseudo-hippie (no, el shopping jamás): La feria de Mataderos.

Al llegar, hay una feria americana, todo usado, libros, carteras, zapatos, cuadros, collares, platos; no puedo evitar revolver todo aunque este roto, viejo y con olor a naftalina. Me encantan esas cosas, aunque después no las use, hace dos años compré un cuadro que aún no colgué, descansa en un cajón junto a un vestido tejido que pensé que me animaría a usar.

A medida que iba pasando puesto por puesto, me encontraba la feria artesanal, mientras caminaba la música sonaba más fuerte, un escenario con bandas de folklore tocando una tras otra, en frente del escenario gente bailando enharinada con hojas de albahaca atrás de las orejas, era un carnaval norteño en medio de Mataderos. Un pedacito de vacaciones en medio de la rutina.

Al mirar a un costado veo una llama enorme sentada en medio de la calle, al principio pensé que era efecto de la resaca que yo estaba sufriendo, pero no. Un tipo trajo una llama le puso una mantita de aguayo en el lomo para que la gente se saque fotos, y todo sea tal cual el norte, la pobre llama no entendía nada. Deduzco que los fotógrafos de llamas y de perros San Bernardo en Bariloche no tienen habilidad alguna, por eso ponen animales que trabajen por ellos. Para mi tendrían que reconocer su discapacidad y dedicarse a vender La Solidaria.


Después de tanto dar vueltas, de querer comprarme todo, encontré un puesto de instrumentos de percusión, -Hola, ¿Puedo probarlos?- y ahí nomás me senté sobre un cajón peruano onda flamenco y me puse a tocar.

No está muy bien terminado, está desprolijo, pero está re barato, me gusta el sonido, le sigo pegando, está muy bueno, uhh que bueno para tocar cumbia, ¿Estoy tocando muy fuerte? El tipo ya me está mirando mal… masi… no me importa ¿Me lo llevo? Pero me tengo que comprar zapatillas, estás All Star están todas rotas cuando llueve me entra agua en los pies… pero este cajón está re bueno. Mmmm…

Ante la indecisión le tiré el ¨no sos vos, soy yo¨ de los vendedores…

- Bueno, muchas gracias, doy una vuelta y cualquier cosa vuelvo -

Di una vuelta, me compré un cubanito de dulce de leche, seguí preguntando precios de todas las cosas, bailé una chacarerita por ahí y volví.

- Hola… volví... ¿El cajón? Envolvémelo que me lo llevo.


Y me volví muy contenta con mi nuevo instrumento en una bolsa de consorcio llena de tierra. Esto puede causar algunos efectos colaterales como tener que colarme en el tren y el subte para ir a trabajar a fin de mes, que mis padres pierdan la poca paciencia que le queda para conmigo, denuncias de los vecinos por ruidos molestos. Pero la música no tiene precio.


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