M A R G A R I T A

un mundo de sensaciones


La llegada de mi cuarto de siglo, me ha encontrado de la mejor manera posible: disfrazada, llena de amigos, cantando, bailando y saltando en un castillo inflable; con la presencia de músicos en vivo, un metegol y una bailarina árabe. En una fiesta temática del “Bicentenario” (¿De qué otra cosa? Este año hasta los pedos son del Bicentenario) por ende mis invitados vinieron vestidos con motivos patrios: una granadera, una escarapela, negras mazamorreras, gauchos, chinas, campesinos y un cura (la Iglesia siempre presente en la historia de nuestro país). Por supuesto en toda fiesta hay amargos que no se disfrazan.

El castillo era un asunto pendiente que tenía desde hace tiempo -“¿Cuántos son ustedes?... ¡Veinticinco años! ¡Noooo nena! ¡Me lo van hacer mierda!” – Me dijo Sebastián, el dueño del inflable pero a fuerza de insistencia, perseverancia, sonrisas y promesas de no subir más de cinco personas a la vez, me lo alquiló. Algunos no comprenden que esas cosas: peloteros, canchitas de fútbol, gusanos locos, cumpleaños en casas de comidas rápidas, no existían en los finales de los ´80, principios de los ´90 que me vieron crecer. Aunque, pensándolo bien, este cumpleaños no distó mucho de aquellos.

Cuando era chica mi tío postizo me hacía carteles de Feliz Cumple con dibujos de Los Simpsons y de La Sirenita (desde pequeña fui versátil con los gustos). Este año mi mamá, que es maestra jardinera, tomó prestado del jardín un cabildo gigante a modo de decoración. Ella hacía la torta, igual que ahora, poníamos música en el centro musical que todavía tenemos pero ahora le decimos “equipo” como para dárnosla de modernos. Venían todos mis amigos y comían mucho, jugaban en el patio como locos, mi papá sacaba fotos. Ahora es lo mismo, hombres y mujeres grandes ya, saltando desquiciados, corriendo, tirándose del tobogán, sudados todos, agitados. Mi papá ahora filma, creo que porque no puede creer lo que está viendo.

Antes los regalos eran diarios íntimos, peluches y perfumes “Mujercitas”, para facilitar la transición de niña a mujer, aunque yo prefería trepar árboles a jugar con peluches. Aún ahora mis seres queridos no resignan el intento de aflorar lo femenino que hay en mí, me regalan perfumes, carteras o maquillajes. Siempre me vienen bien, así yo no tengo que comprarlos.

El tiempo pasa pero la esencia es la misma de la pequeña peinada con media trenza cocida, vestido rosa con un moño de cinta de raso en la espalda, cuello blanco con volados, medias con puntilla y zapatitos kickers blancos; que a la media hora estaba toda despeinada, sucia, las rodillas raspadas y el vestido manchado de chocolate.



“Hola! Te estábamos esperando!”

“¿Qué querés tomar? ¿Un cafecito?”

“¿Quién te dijo que acá no hay alcantarillas? ¿El de acá al lado? Es un pelotudo ese…”

“No es con vos nena que estoy molesta, es con el de acá al lado, ya va a ver ese…” (Refiriéndose al mismo vecino)

“Tengo cadena en el baño, si, pero no anda ¿Querés pasar a ver?”

“Che! Viejo! ¿Vos sabés leer y escribir?”

“¿Viste? Ya le robaron a una censista”

“¿Al perrito también lo censás?”

“En la tele dijeron que no te tengo que dar mi nombre”

“¿Quién pasó la noche acá? Yo, sola. Justo ayer justo me separé. ¿Sabés con quién me metió los cuernos el muy hijo de puta? ¡Con la prima! ¿Podés creer?”

“¿No te abrieron los de al lado? Se hacen los boludos, pero están, vení, vení, que les golpeo la puerta yo.”

“Ya le robaron a cuatro censistas. Tené cuidado.”

“Y acá vivimos nosotros tres y un pececito también”

“Yo no trabajo porque tengo este problema en la pierna, hace ya un año y me tengo que poner esta crema, mirá (señora que me muestra el envase mientras se pone crema) además del medicamento que estoy tomando por la espalda, viste, me encontraron artritis y por eso no puedo caminar bien…”

“¡A mi no me van a censar, porque les suelto los perros!” (El señor cría dogos)

“Shhh, hablá bajito que el bebé está durmiendo”

“¿No me vas a dejar una calcamonia?”

“Fijáte que a los vecinos no les anda el timbre pero son maestros, seguro ya se censaron”

“No te hago pasar porque mi marido está en paños menores”

“¿Te falta mucho?”

“Disculpá que te atienda así (señor con los ojos pegados con remera de dormir, short y aliento a caballo), pasa que anoche nos acostamos como a las tres de la mañana”

“¿Y cuánto te van a pagar por esto? Yo una vez me anoté para presidente de mesa, nada me pagaron.”

“¿Vos sos la censista? ¿A mi casa cuándo venís?”

Lamentablemente en la manzana que me asignaron no había población masculina de 20 a 30 años respondiendo al censo o se encontraban durmiendo o no se. No pude realizar el cuestionario anexo, a las cincuenta hojas impresas ahora les doy un uso papelhigienista. De todos modos reconozco la calidez con la que fui recibida en casi todas las casas, excepto una. No me tiraron los perros pero, agradezco que no me soltaron los dogos.


Censo 2010


Margarita sigue en la campaña para juntar el mango. Tercera semana consecutiva. Me anoté en el censo 2010 de viviendas y hogares a realizarse el próximo 27 de Octubre. No se si será tarea fácil porque andan dando vueltas cadenas pelotudas de “no le responda al censista porque le puede robar”, “no le abra al censista por la inseguridad”. La única precaución que deben tomar las personas a las que me toque censar es cerrar bien la heladera porque después de varias horas de trabajo se las puedo dejar vacía.

Esta experiencia me resulta muy interesante como estudiante de Ciencias Sociales por lo que me dispongo agregar ciertas preguntas de mi incumbencia a realizar en una muestra aleatoria de población masculina de entre 20 y 30 años de edad, para obtener respuesta a interrogantes que calan en lo más profundo de mi ser.

Inmediatamente después de las preguntas oficiales, adhiero un cuestionario anexo:

1- Estado civil (Si responde Casado, de por finalizada la entrevista, las censistas no queremos problemas).

2- ¿Alguna ex permanece en contacto con usted?

3- ¿Teme al compromiso?

4- ¿Tiene algún fanatismo desquiciado?

5- ¿Asiste o asistió a terapia?

6- ¿De qué trabaja?

7- ¿Es propietario o alquila?

8- ¿Cuál es el monto de ingresos mensuales que percibe?

9- ¿Qué modelo de vehículo posee?

10- ¿Toca algún instrumento?

11- ¿Canta?

12- ¿Sabe cocinar?

13- ¿Le han dicho alguna vez que se parece al Raly Barrionuevo/Luciano Castro?

14- ¿Le han dicho alguna vez que su humor es símil al de Alfredo Casero?

15- ¿Con qué frecuencia consume estupefacientes ilegales?

16- ¿Consigue buenos precios?

17- ¿Asiste o asistió a alguna granja de rehabilitación de adicciones?

18- ¿Le gusta salir o prefiere las películas en su casa?

19- ¿Se baña todos los días?

20- ¿Su culto o creencia religiosa le impide realizar prácticas íntimas poco convencionales antes del matrimonio?

21- ¿Hace calor acá o me parece?

22- ¿Tendría algo de beber para convidarme?

23- ¿Comiose un traba alguna vez? (Ante una respuesta afirmativa, de por finalizada la entrevista).

24- ¿Me facilitaría su número de teléfono?


Pyme


Hace unos siete años, con mis amigas nos dispusimos a hacer empanadas y pastelitos para juntar plata para pagar el viaje de egresados. Las empanadas fueron un boom, y los pastelitos vendíamos seis, y seis nos comíamos nosotras (le decíamos a la gente que quería comprarlos que estaban reservados) por ende la ganancia fue menor. Hoy a punto de quedarme sin trabajo y con muchas ganas de realizar un viaje de egresada, pero de la facultad, salió el microemprendimiento del pan relleno.

Junto a Marta amasamos, rellenamos, horneamos toda la tarde, los panes salieron exquisitos, casi un milagro teniendo en cuenta que nuestra especialidad en la cocina se reduce a la elaboración de panchos. El único detalle fue que nos olvidamos de hacer distintas formas a los diferentes sabores y después no sabíamos cuál era cuál.

- Che te pedí de jamón y queso y me diste de cebolla - dijo una de nuestras primeras clientas.

Mi papá se emocionó tanto al verme realizar una acción culinaria por segunda vez en la vida (la primera me ofrecí a hacer la torta para el cumpleaños de mi hermana y se me quemó) vino con su celular/cámara/reproductor de mp3 (que aún no sabe usar bien) y me sacó una foto. Hay que tener en cuenta que mi papá sólo saca fotos en cumpleaños, egresos y en sacramentos católicos.

Al grito de pan rellenoooo calentitooooo, en un santiamén vendimos todo. Nos fue dificultoso el sistema de cobro y entrega, una cobra, la otra entrega el pan. No quedaron bien definidos los roles, estos fueron cambiando sin cesar demorando el delivery, denotando nuestra falta de experiencia en el asunto pero la gente supo comprender.

Es necesario aclarar que en provincia los panes rellenos no gozan de la popularidad que tienen en Capital Federal, por lo que fue necesario explicar en qué consistían los panes, qué tenían adentro y mostrarlos antes de realizar la venta. Ejemplifico con el siguiente diálogo con un cliente:

-Hola, ¿Quiere pan relleno?

-¿Qué?

-Pan relleno

-¿De qué?

-De caprese, de cebolla o de jamón y queso. Vale cinco pesos.

-¿Qué?

- Esto es un pan con relleno adentro, mire.

- ¿De qué?

-De caprese, de cebolla o de jamón y queso.

-¿Qué?

-…mmjjmm..- (miro para otro lado conteniendo la risa).

- Ah, no, no quiero…

Primer fin de semana: un éxito de ventas.

Segundo fin de semana: las panaderas salieron, peña, vino, empanadas, baile. Se despertaron al otro día a las cuatro de la tarde. Demasiado tarde para comenzar a cocinar.

Próxima inversión para la pyme: un despertador.


Descamisada


Trabajo en una oficina, por lo menos hasta cumplir mi sueño de vivir de la música, tocando y cantando en el escenario, con hordas de muchachos agitando y gritando

–Marga te amoooooo!!!

- Marga diosa!! Sos mejor que Madonna !

-Aguante Morooooooón!!

- Marga venite conmigo tengo casa en Las Toninas, 2da Fed, 2 amb, parr, c/coch, a estr.!!

-Tiratee que me cassooooooo!!!

A lo que yo respondería: -Ay! Qué Zonzos!... pstt…vos, el de la casa en las Toninas ¿A cuántas cuadras de la playa?

De vuelta a la realidad, embanderada en la bandera del PO, recordando la impotencia de ser explotada del último post, teniendo que pedirle plata a mi papá para llegar a fin de mes los tres últimos meses. Me armé de decisión y autoestima para ir a pedir un aumento. Porque lo que corresponde se exige sacando pecho, dice por ahí Verónica Condomi.

Me reuní con mis jefes, ante mi pedido recibí un sorpresivo, no esperado:

-Sí. Te vamos a dar un aumento- Seguido de un aún menos esperado – Pero en dos meses vamos a prescindir de tus servicios.

Apa lalá, esa no me la veía venir. Reunión de emergencia con mi amiga Cristina, para reacomodar las ideas. En un lugar bien dulce para quitarme el sabor amargo del rechazo, Freddo, la situación ameritaba un café con torta.

-Traeme la de manzana con una bocha de helado de crema americana arriba. Que sea grande la bocha eehh.

Al rato volvió el mozo con un café con leche y la porción de torta que a mi entender debe ser grande, alta y de forma triangular; esta torta era bajita, finita y cuadradita. Un insulto a todas las tortas, inventado por los restaurantes de Palermo donde comer con clase es comer porciones pequeñitas.

-¿Esta es la porción de torta?

-Si

-¡Esto es un chiste, me acaban de echar, mínimamente me merezco una torta como la gente!

Cristina me calmó, convidándome de su bocha de helado sabor Baileys.

Luego con las ideas enfriadas, armé un plan de ajuste y reducción de presupuesto para sobrellevar el período de inactividad, quien sabe cuánto durará, y cuánto tiempo tendré que estirar la indemnización. Alguno de los puntos más importantes del plan:

Salir a vender pan relleno con Marta los fines de semana.

Cancelar “La fiesta del Caballo” en Bragado.

Cancelar el fin de semana en Villaguay.

Cancelamos el psicólogo y escucho al Lic. Rolón por la Rock & Pop, tomo sus sugerencias y las adapto a mis problemas

Cancelo pagar el pasaje en tren para saltar el molinete

Dejo de tomar el colectivo para ir en bici a la estación

Dejo de ir a natación para llenar la pelopincho

Cancelo comprar bebidas en el bar para sentarme en la barra con cara de gato y esperar a que me inviten

Cancelo la ropa nueva, para reformar la ropita vieja

Cancelo los recitales, para hacer covers míos en casa

Cancelo las toallitas femeninas descartables para comprar toallitas femeninas, de tela, reutilizables que no contaminan en medioambiente

Cancelar toda compra de mercancías, y de no poder evitarse, todo lo que compre será de segundas marcas.

Este plan sigue abierto y acepta sugerencias.

Atte. La desempleada.

Memorias de una proletaria


En la facu me pidieron un relato de mi primer experiencia laboral. He aquí mis recuerdos.


Mi primer trabajo fue una pasantía conseguida a partir de la materia “búsqueda laboral” obligatoria en el último año del polimodal.

Me asignaron un puesto de trabajo en el supermercado EKI de William Morris, debía trabajar cuatro horas, cinco días a la semana por $110 + $15 en EKI-Bonos, una asignación estímulo, ya que según las normas de la empresa las pasantías no son rentadas, pues son educativas. Una miseria.

El lugar se caracteriza por tener sólo tres personas trabajando, un responsable a cargo de dos pasantes (a quienes burlonamente llamaba pikachus), encargadas de un sinnúmero de actividades. Mi espacio era el de la caja registradora, cuando había mucha gente debía tocar tres timbres ubicados en la parte inferior de la misma para pedir refuerzo. Y cuando no había nadie, en general de ocho a nueve de la mañana tenía que realizar la limpieza, reponer mercadería, revisar fechas de vencimiento, hasta perseguir “mecheras”. Todos los días, excepto los domingos, cuando venía tanta gente a comprar los alimentos para el almuerzo familiar que no había un instante para despegarse de la caja, sólo para ir al baño o para tomarme el único break de la jornada, quince minutos.

La empresa parecía no desear que los compañeros de trabajo adquieran confianza o familiaridad entre sí. Ya que cada dos o tres meses hacían cambio de sucursal, a mí no me cambiaban por mi condición de pasante pero en seis meses que trabajé allí, vi ir y venir a varios empleados. Sin establecer vínculo alguno entre ellos ni conmigo. A todos los clientes debíamos atenderlos amablemente y nunca descuidar nuestro puesto de trabajo en la tienda, pues en cualquier momento podrían venir las “mistery shoppers” unas mujeres que haciéndose pasar por clientas en realidad venían a supervisar a los empleados.

Además de realizar concursos estúpidos para elevar las ventas “la tienda que más pilas vende… se gana entradas para un recital”, “la tienda que más colonia para bebé vende…” (las caras de desconcierto de los hombres que venían a comprar su vino Arca de Noé en cajita, cuando yo les ofrecía colonia para bebé) “la tienda que más jugo en polvo vende se gana un día de campo” obviamente después del día de campo había que volver a trabajar. Intentaban fomentar la competitividad con carteles del estilo “Ranking de los empleados más productivos” (los que cajeros que escaneaban más productos por minuto) y “Ranking de los empleados menos productivos” por supuesto yo estaba entre los últimos puestos.

No tengo anécdotas agradables de mi trabajo allí, sino en su mayoría dolorosas. Un día se me cayó un pack de gaseosas en la cara, me corté el labio, rompí una caja entera de vinos (de la torpeza me hago cargo), me corté el dedo, me llené de olor a podrido limpiando bachas de pollos, sachets de leche reventados y de alimentos en mal estado.

Cuando terminé el tercer año del polimodal, yo había trabajado varios meses obedientemente para que ellos me efectivicen y aumenten mi sueldo un 50%. Nunca sucedió, despidieron a todos los pasantes en mi situación para volver a contratar otros nuevos y poder pagarles $110 + $15 en EKI-Bonos.


Comida Light


Comenzó el cuatrimestre en la facu. El último. Mi última cursada, mis últimas tres materias. Me guardé las más fáciles para el final. Es una sensación un tanto extraña, estoy disfrutando de la cursada (incluso ahora que la facu está tomada), no digo que no a ningún café, me encuentro con compañeros en el bar entre las clases, leo para cada materia, pienso temas para la tesis (¡hasta fui a un seminario de tesis por voluntad propia!). Lo raro es que no tengo la pesadez típica de cada cuatrimestre, porque se que es el último y me propuse disfrutarlo, aprovechando que esta vez lo sé, a diferencia de otras que se terminaron de sopetón.

Estoy cursando un seminario optativo ¨Historias, recetas de mujeres populares en la cocina¨. La clase está compuesta por quince mujeres y un estudiante de intercambio, James. Que a mi entender no caza una y una estudiante de Connecticut que vivió en Perú un tiempo y tiene acento yanqui peruanizado. Algo nunca visto.

Entre los alumnos, algunos se anotaron porque les interesa el tema, otros la cultura popular, y algunas porque les gusta cocinar. Como Mariana, quien se presentó de esta manera:

- A mi todos me dicen que me equivoqué de carrera que tendría que haber sido cocinera. Y yo creo que si, un tiempo trabajé vendiendo budines, masitas…. Y yo les digo para mi las masitas son como mis hijitas porque me gusta tanto hacerlas (¿!?). También voy a Dieta Club, ¿Vieron el de Cormillot? Bueno trabajo ahí hace mucho, y me encanta todo lo que tenga que ver con la cocina light. Yo bajé como diez quilos, y bueno tengo un blog que está dentro de los más buscados en Google (a la pobre nadie le avisó que si ponés el nombre de tu blog en Google aparece aunque la única que lo haya buscado sea una misma). Es comidadiet.blogspot.com, y me encanta subo recetas light todos los días, le saco fotos a mis platos, le busco mantelitos, platitos pintados. ¡Me encanta! Ya tengo un montón de seguidores, el lema de mi blog es “Cambiá tus hábitos, cambia tu vida” porque es así, tal cual, como dice Cormillot hay que comer bien para vivir más y mejor. Así que todos pueden pasar ahora les escribo la dirección en el pizarrón…. ¿Sabían que Cormillot hizo un libro con Doña Petrona?

Al finalizar la clase la profesora pidió que anotes los mails en una hoja para armar una lista, Mariana amablemente se ofreció a hacerlo. Y ahora a diario, recibo mails del tipo.

Hola amigos! éste es el postre con el que concursa COMIDA DIET en muchogusto.com para el mes de agosto. Si les gusta, lo pueden votar ingresando al link que está aquí debajo y dan una puntuación en los corazones que están a la derecha de la receta.

Gracias a todos y si pueden difundirlo mejor!

Estoy un poco desorientada con esta chica ¿Le digo que la lista era para mandar textos de la materia y no para hacer propaganda de su blog? ¿Me río? ¿Le pido consejos para hacer dieta? ¿Le pregunto si conoce al hijo de Cormillot? ¿Empiezo a mandar propaganda del mío también?


No tan distintos


Me gusta la cumbia, mucho. Hace rato tenía ganas de ir a una bailante pero ningún compañero corajudo que me acompañase. A mis pedidos contestaban con excusas “Pero yo soy rubio y mido 1,90 ahí voy a llamar la atención”, “No. Me van a querer cagar a palos” o “Mirá que si te tocan el culo yo no salto”.

Hasta que alguien me dijo – Bueno, vamos.

En esta noche tocaba Ángela, cantante de cumbia romántica de mi agrado.

El lugar se ubica en Morón a una cuadra de la estación, junto a una pizzeria, hay una puerta con una escalera por donde se sube, los pasos acompañan el ritmo de dos cuartos de la música. Llegamos al primer descanso de la escalera un hombre de seguridad nos pide documentos, luego de chequear que ambos seamos mayores de 18, no importa que nuestras caras lo demuestren, se asegura de ello y nos deja sacar las entradas. Hay una ventanita que me llega al ombligo en la pared detrás una señora que vende las entradas. -$30 los hombres, $10 las mujeres- Me gusta ser mujer. Compramos las entradas y seguimos subiendo, antes de ingresar al lugar, ahora si definitivamente, un señor de unos setenta años, camisa blanca con rayas rojas, corta nuestros tickets y nos pide los documentos nuevamente. – Para evitar problemas con la cana- aclara.

El lugar no muy grande, luces de colores por doquier, un escenario bajito en medio de la pista hombres parados contra la pared, sosteniendo vasos, relojeando a las mujeres antes de invitarlas a bailar. Me llama la atención la diversidad de edades, voy al baño, ni muy limpio ni muy sucio, en la cola una chica de 18 de musculosa y jean chupín, una mujer de 45 minifalda, botas, medias de encaje y musculosa negra de lycra y brillos y yo de jean y remera lisa. Le pregunto a la señora para tantear la onda ¿A qué hora tocará Ángela? –Y seguro después de las tres y media, Ángela siempre viene a esa hora-

La cola iba aumentando y una chica cruzando las piernas con las dos manos en el medio de ellas me dice – Me hago pis amiga, ¿me dejas pasar? - la dejo, estoy de visitante no quiero enemigos. Mientras paso al baño, cierro la puerta, escucho dos muchachas que se insultan a los gritos. Uh se armó, pienso condicionada por tanta advertencia de hecatombe. Pero cuando salgo veo que estaban bromeando entre ellas.

Vuelvo a la pista y no puedo dejar de mirar a las personas a mi alrededor, las mujeres vestidas todas muy provocativas, parejas de cincuenta años tranzando como púberes, travestis bailaban, un hombre que bailaba sólo con un blazer viejo, pañuelo al cuello de a ratos se subía al escenario, un tipo gordo que recorría el lugar micrófono en mano animando el baile, un joven que camina con ayuda de dos bastones encastrados en sus codos, se saca fotos con un grupo de mujeres que lo abrazan y una le pone las piernas encima para la foto, él sonríe contento. Mesas y sillas de plástico, una bola de espejos inmensa que estaba a un costado del lugar en vez de estar en el medio de la pista. Todo eso me resultaba un tanto extraño, no así la música muy familiar para mí, estaba en mi salsa, Gilda, Sombras, Lía Crucet, Sebastian, Damas Gratis, La Nueva Luna, Amar Azul, Los Charros, Gladys La Bomba Tucumana, Karina, Pibes Chorros, Mario Luis, Dalila, Los Caligaris, Los Ángeles Azules, Rodrigo, Leo Matioli, Los Chakales, Los Ávila, Ráfaga, Grupo Green, Red, Antonio Ríos, Los Palmeras, Tambo Tambo, etc. La misma música que se baila en toda fiesta digna. La noche transcurrió sin ningún altercado, salvo por uno personal.

Vámonos Marga que está el novio de la madre de mi ex – Me dijo y enfilamos para la salida.


Malo si si

Allá por el 2006, con Internet dial up ni soñaba con bajar un CD entero. Digamos que la pareja de megabytes y los pulsos telefónicos no estaba para ir al altar. Había un CD, uno sólo. Como siempre hay un muchacho, uno sólo. A falta de dicho CD en las disquerías le pedí a un compañero de la radio que me baje algún compact de Aterciopelados. Pablo accedió con gusto y me trajo todos los discos… Sospecho que yo le gustaba porque repetidas veces volvió a traerme música de regalo (y porque me tocaba… bah, intentaba tocarme la pierna por debajo de la mesa –un Luis Miguel de Haedo-). Aun lo conservo (al CD): no tiene ni una raya en más de cinco años. Impecable mi cuidado. Lo descargué en el reproductor de mp3 blanco que tenía en esa época, comprado en Mercado Libre y me vi atrapada por todos los temas: Un rock con sonidos latinoamericanos, percusión típica, los escuché una y otra vez de camino al call center donde trabajaba vendiendo DSL a norteamericanos, de ahí a la radio o a la facu y de ahí a mi casa. Siempre aterciopelada.

En el mientras tanto le pedí a mi profesor de guitarra que me enseñe a tocar ¨Bolero Falaz¨. Me sacó la introducción y me dejó de tarea: ¿Te animas a sacar el tema en tu casa? A la semana volví y le había acertado sólo a dos acordes, pero fue un paso. Paso a paso. Del profe también me enamoré. Pero esa historia la dejo para después.

Mas tarde en el call, me enamoré de Eze, él también tocaba la guitarra y quería que me enamorara de su voz. A ver… Tocate un tema! me pidió por teléfono. Ejecuté ¨Bolero Falaz¨. Uno de mis preferidos, sería el primer tema de muchos que compartiríamos juntos. Y ¨El dorado¨ un disco que nos acompañó noches enteras. Terminaba y volvía a empezar, mientras nosotros perdíamos noción del tiempo. Seguía aterciopelada.

Más tarde me compré el Cd de Andrea Etcheverri que me consoló en Córdoba cuando esa relación se terminó. Y unos meses mas tarde con Pili en Santa Clara nos dedicamos a sacar los temas de ese disco. ¨Amortiguador¨ fue el hit de esa semana santa: Ya no amortiguaba el dolor, solo me dediqué a vencer la resistencia de Pili… ¿Milanesas con papas fritas en viernes santo a mi amiga católica? La convencí.

Pasó un tiempo: Empecé a trabajar en un Shopping, un lugar horrible y con mi primer sueldo me compré ¨Oye¨. Y conocí a Nidia, una colombiana que estaba de intercambio en Bs. As. Y le pregunté por las dos cosas que más me interesaban de su país, las FARC y los recitales de Aterciopelados. Y mi compañero de trabajo diría “¿como no le preguntaste por los bacanos chontaduros y el acento paisa de Medellín?” Lo mismo hice con el colombiano del call center, que me explicó lo qué significaban algunas palabras de las canciones como ¨nieros¨ o ¨baracunatana¨ - Es pues, como les llaman aquí a las mujeres… trolas, putas. Él, muy parecido a Leo García, al igual que yo jamás vendía un DSL vía telefónica. Pero él en realidad sólo trabajaba allí porque tenía sus clientes de sustancias fuera de la ley.

Un tiempo después comencé a salir con Lucho, quien al saber de mi gusto por dicha banda, me contó que él los había visto varios años atrás una vez que fue a Mar del Plata a competir en los bonaerenses (¿Se acuerdan de los Torneos Bonaerenses? A mí nunca me llevaron). Justo estaban ahí tocando. Probablemente sea mentira como tantas que me dijo. Obviamente yo le creía. Ilusa.

Años después volví a enamorarme, como todo lo que me sucede me mueve a manifestarlo de alguna manera, le hice un tema, bah agarré un tema de Aterciopelados, le cambié un poco la letra, lo puse en una tonalidad que me quedaba cómoda para cantar y quedé como una reina.

Seguí escuchando todos los discos, hasta que me cansaba y los dejaba reposar por un tiempo para volver a redescubrirlos. Sin esperanza alguna de que esas voces alguna vez vinieran por estos lados. Como algo que sería bueno que pase, pero flotaba mientras tanto en mi imaginario utópico junto a un novio ideal que cante como el Raly, sea lindo como él y además en su tiempo libre luche por causas justas, apoye la lucha campesina, la de los pueblos originarios y me haga canciones. Pero algunas cosas que uno no imagina a veces pasan, una mañana abrí mi mail y ahí estaba el flyer ¨Aterciopelados en Niceto¨ la imagen de Andrea Etcheverry con su guitarra pintada de todos colores me sonreía. Esta primavera me sorprenderá con un show que hace años espero y con un compañero a mi lado dispuesto a escuchar mis covers.

c'è tanta felicità


Sin repetir y sin soplar cosas que hice la última semana desde que terminé con todos los finales*

cené con las chicas

me depilé

fui a la radio

leí blogs

besé

bailé música de los Balcanes

fui a ver a Los Cocineros

toqué el cajón peruano

me peiné

animé una reunión con Pili

canté hasta que me dolió la garganta

compré regalos

toqué una guitarra acústica

lustré las botas

visité a Marta

comí una torta de chocolate con Marta

ordené, un poco, mi pieza

vi fotos de un futuro viaje

comprobé la mentira termino los finales y me pongo a dieta

nadé

comí una torta de vainilla con los chicos

jugué ¨Addicted to Friends¨

vi Chachacha tirada en el sillón

tomé

fui a tomar algo con él

tomé mates con mi madrina

llené la bañera

escuché a Loli Molina

recibí regalos

dormí la siesta en el colectivo

tiré huevos, harina y yerba a Adela

comí lemon pie de Pili

reí


*definitivamente!


Mis amigas


El día de hoy, sabemos que es comercial, que probablemente lo inventó Todo Moda para vender esos muñequitos horribles que dicen feliz día. O quizá se remonte a los fabricantes de las tarjetitas, tipo señaladores que vendían en mi época con fotos de animales (los más populares eran los perritos, gatitos, pajaritos y los caballos) con un poema.

De todas maneras tomo la ocasión para decirles a mis amigas que las quiero con todo mi corazón. Que son las mejores del mundo, uno de los hechos que sustentan dicha afirmación es que el dinero que juntamos entre todas vendiendo pastelitos, empanadas y pebetes lo destinaron a pagar mi viaje de egresados. Enumero aquí otros hechos puntuales que lo demuestran.


Valita me prestó su pollera de jean preferida, para ir a bailar, cuando me robaron el pantalón.

Marta me cruzó el río a caballito para que yo no me enferme.

Moni mientras yo deliraba de fiebre me aplicó remedios caseros para calmarme (papas en la frente).

Solange me bancó cuando la dejé a pata en Villa La Angostura (porque yo conseguí quien me lleve en moto).

Caro me eligió de testigo de casamiento auque yo la fui a visitar sólo dos veces en dos años.

A Pili atendió a las clientas insoportables por mí y cambió los turnos de trabajo para que yo pueda salir los sábados a la noche.


Y cuando ya pensaba que no cabía lugar para más amigas en mi vida, aparecieron otras dos que adquirí en la facultad y aprovecho para agradecerles por estos años de apoyo intelectual/emocional.

A Adela por la compañía para preparar finales, tu cooperación para construir el sentido de los textos intersubjetivamente. Por darme bed & breakfast (y baño con agua caliente) los días de cautiverio estudiantil. Por los recreos, los chistes tarados y las historias de vida.

Cristina, por explicarme todas las materias que hicimos juntas, prepararme para todos los finales, ayudarme con los parciales domiciliarios, corregirme los parciales domiciliarios. Por darme la rigurosidad que me falta para estudiar. Y como si fuera poco prepararme cosas ricas para amenizar el estudio.

Y a todas…

Por estar para remendar las heridas sentimentales.

Por ayudarme a estudiar cuando me faltaba voluntad y concentración.

Por festejar cada uno de mis logros como si fueran suyos.

Por las salidas de cada fin de semana que hacen más liviana a la rutina.

Por las fiestas compartidas.

Porque me ayudan a encontrarme cuando me pierdo.

Por las horas de psicoanálisis sin cobrar honorario alguno.

Por todos los mates compartidos.

Por todas las copitas de vino.

Por los viajes que hicimos.

Por escuchar mis canciones durante horas, sin parar.

Por bancarse al amigo pesado/feo del pibe que me este chamuyando.

Por su sentido del humor.

¿Les dije que las quiero un montón?


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